La Super Bowl, para quien no lo sepa (cosa casi imposible a estas alturas de la vida) es la final de la liga de fútbol americano, que reúne frente al televisor a una audiencia numerosísima: unos cien millones de espectadores únicamente en Estados Unidos.
Una oportunidad que nadie quiere dejar pasar
La Super Bowl el evento más esperado del año en buena parte del mundo, sobre todo ahora, que ya no se puede disfrutar del otro espectáculo estadounidense televisado por excelencia: el desfile de los ángeles de Victoria’s Secret, desterrado de la faz de la T.V. por obra y gracia del feminismo radical y obsesivo que inunda últimamente el planeta.
A lo que vamos: dada su grandísima audiencia, los anuncios de la Super Bowl cotizan a precio de oro y se han llegado a pagar cifras récord de casi 6 millones de dólares (sobre los 5 millones de euros) ¡por 30 segundos de anuncio!
A lo largo de las 4 horas de retransmisión el total de anuncios llega casi a cubrir una de ellas y no son muchas las marcas que pueden hacer frente a los costes de tamaña campaña de publicidad por lo desorbitado del precio por segundo. Algunas de las multinacionales que se han atrevido a pagar esos precios son Budweiser, Cheetos, Pepsi, Audi, Jeep…
La Super Bowl no está exenta de polémica
Es posible que a la mayoría de españoles poco nos suenen buena parte de los anuncios de la Super Bowl, pero seguro que muchos recordaremos los espectáculos musicales que también forman parte habitual de la atracción en el descanso a mitad del partido.
Desde Michael Jackson a Gloria Stefan, Diana Ross a Bruno Mars, los Rolling, Stevie Wonder, Britney Spears, Bruce Springsteen, Madonna, Beyoncé, U2, ¡incluso Enrique Iglesias participó en el año 2000!
Sin embargo la actuación más recordada sin duda será la de la Super Bowl 2004, cuando Justin Timberlake dejó al descubierto parte de un pecho de Janet Jackson ante millones y millones de espectadores.