«Un buen anuncio es aquel que vende el producto sin llamar la atención sobre sí mismo». Son palabras de David Ogilvy, el padre de la publicidad moderna, en relación a la publicidad subliminal.
¿Qué es un mensaje subliminal? Pues es una señal diseñada para que sea captada por debajo de los límites normales de nuestra percepción.
La publicidad subliminal en el cine
La literatura, el cine o la televisión tienen muchos ejemplos de publicidad subliminal de distinto tipo y en diferentes intensidades: palabras o frases específicas que se escuchan en canciones, alguna palabra dibujada o un elemento -decorativo o no- que se coloca en la escena y cambia el sentido del mensaje.
Una buena muestra de una publicidad subliminal de la marca multinacional Disney, y una de las más famosas y celebradas, es el logotipo de una de sus películas de mayor éxito en las últimas décadas: «Piratas del Caribe».
La imagen de la calavera con las dos antorchas al fondo recuerda sospechosamente al logotipo de la compañía, la silueta de la cabeza del ratón Mickey Mouse. ¡Una idea maestra!
La industria del cine es experta en esto de la publicidad subliminal; y es que casi todas las películas anuncian algo de forma sutil y casi sin que nos demos cuenta. E.T, Regreso al futuro, The Italian job, Forrest Gump… Incluso películas del cine mudo ya utilizaban esta técnica para vendernos un producto o idea.
La publicidad subliminal se estableció oficialmente en el año 1957, a pesar de estar pululando desde comienzos de siglo.
¿Cómo reconocer este tipo de publicidad? Muy sencillo: cuando al ver un anuncio en la televisión, en una pancarta publicitarias o en Internet, sin saber cómo ni por qué, te impulse a realizar una acción por sentir una necesidad loca de disfrutar el producto o servicio que has visto.
En resumidas cuentas, la publicidad subliminal crea mensajes por medio de sonidos, textos o imágenes que supuestamente pasan desapercibidos (no siempre…) a la mayoría de los mortales, aunque nuestro subconsciente lo procese y nos «obligue» a realizar una determinada acción.
Un buen truco, ¿verdad?