6G es una tecnología que aún no podemos disfrutar por un millón de razones… ¡pero si es que apenas somos capaces de sacarle el máximo partido al 5G!
Poco más de un año que llevamos oyendo hablar del 5G y de su impacto tanto a nivel económico como en nuestro día a día poco o nada sabemos. Y ya se están moviendo los hilos para la tecnología 6G. ¡Bienvenidos al futuro!
¿Por qué necesitamos (o necesitaremos) el 6G?
En primer lugar, la futura tecnología 6G destaca porque su velocidad de descarga alcanzará 1 Tb por segundo. Una auténtica barbaridad si tenemos en cuenta que el 5G llega a los 600 Mbps y el 4G se quedaba en unos discretos 20-100 Mbps.
A esta portentosa velocidad tenemos que sumar que se está jugando con la inteligencia artificial para proporcionarle más eficiencia y fiabilidad, con lo que los resultados serán increíbles.
Pensad en el siguiente escenario: un futuro no muy lejano donde los coches autónomos sean mayoría. ¿Creéis que será suficiente el «flamante» 5G para transmitir la posición de cada coche alrededor del nuestro en tiempo real?
Yo preferiría no arriesgarme.
Pregunta del millón: ¿cuánto falta para poder usar el 6G?
Pues como se decía antiguamente, puedes esperar sentado. Las estimaciones de uso para el 6G cifran la fecha de salida de esta tecnología como mínimo en el año 2030.
Tal y como ha declarado el viceministro de Ciencia y Tecnología de China, la tecnología 6G se halla en su fase inicial. Es muy pronto para conocer la ruta tecnológica que llevará su investigación y lo que es más desalentador, se desconocen los obstáculos que se encontrarán en su desarrollo.
Tal y como podríamos sospechar, China (de la mano de Huawei) y Corea del Sur (con LG) ya están a tope con esta línea de investigación.
¿Qué problemas pueden salir en su desarrollo?
Pues es fácil de imaginar. Con semejante cantidad de datos, no hay que ser un gurú tecnológico para saber que no podremos usarlos así tal cual en nuestros «modestos» teléfonos móviles.
Posiblemente en algunos otros dispositivos preparados para procesar estos datos mejor que ahora. ¿Agotaremos antes los recursos naturales para fabricar todo esto? Pensad que hablamos de 2030, mínimo.
De lo que no tenemos duda alguna es que la tecnología 6G cambiará la forma en que consumimos los datos, las aplicaciones tendrán otro uso más cercano a la utilidad real de las cosas, y quién sabe, lo mismo vemos nuestro sueño de telecomunicaciones mediante hologramas.